SAN SEBASTIAN, EL FARO Y HONDALEA

Hondalea
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Pensión del Puerto

22/03/2021

La Isla Santa Clara y el faro, os cuento su historia y su próximo futuro ya realizado y bautizado como Hondalea.

Pero primero os recuerdo ésta poesía del gran Gabriel Celaya, que nos dice:

«Esta es la isla santa clara, mi solitaria alegría, mi peñasco furioso de vida. Pesco y dejo lo que sobra. No disparo a esas aves marinas que andan encima chillando. No quiero que me asistan. Quiero estar solo cuando nace la noche entre sangre y oro. Atardece con tormento y uno poco a poco se desprende de la ópera envolvente. Entonces enciendo una fogata porque siento frío y es necesaria y hace la isla aún más pequeña, tan, tan pequeña como pide el miedo. Y entre las estrellas multiplicadas pongo como un niño mi hoguera humana. Y me siento feliz, , como escondido, como callándome un grito». Gabriel Celaya. Poemas. La Isla.

Los habitantes del Faro de Santa Clara
48 Kilometros de luz

En Marzo de 1855, comenzó a funcionar el faro de Igeldo. Al comienzo, lo hizo con aceite y parafina, luego con petróleo y desde 1918 se ilumina gracias a la electricidad. Sus destellos son blancos y alcanzan las 26 millas náuticas (unos 48 kilómetros). Es el principal faro de la ciudad, ya que el otro, en la isla de Santa Clara, tiene un alcance mucho menor: 9 millas náuticas.

Si vienes en Septiembre a San Sebastián , verás una ocupación inusual de de gente en la Isla para poder presenciar como uno de los puntos estratégicos las traineras en su competición por ganar la Bandera de La Concha https://www.pensiondelpuerto.com/wp-admin/post.php?post=29759&action=edit

¿Pertenecen los faros a la tierra o al mar?

Los Faros son una peculiar construcción arquitectónica cuya razón de ser consiste, precisamente, en estar situada en el límite, en la franja de contacto entre dos mundos radicalmente distintos. Nos atraen porque, asentados en puntos estratégicos de la costa, suelen estar rodeados de paisajes de gran calidad, en los que se integran de manera natural al estar construidos con materiales procedentes del entorno más inmediato. Nos atraen porque suelen estar situados fuera del mundanal ruido, en recónditos peñascos donde sólo se oyen las olas del mar y el graznido de las gaviotas. Pero nos atraen porque nos acercan al abismo, a aquella frontera tensa entre dos mundos diametralmente opuestos donde, de noche, la imaginación de los humanos se desborda .

Hace muchos años…..

Bien es sabido por much@s donostiarr@s que probablemente la isla fuera un punto de oración de culto pre-cristiano hace muchísimos años. Asímismo, conocemos por antigüos escritos que tiempo atrás fué lugar de destierro o incluso de entierro de infieles; e incluso hubo antigüamente una ermita en lo más alto dedicada a la figura de Santa Clara (1362), atendida por un ermkitaño de la Orden de Los Franciscanos, el cual tenía su propia casa junto a la ermita. También fué un espacio convertido en antigüo lazareto (XIV) al cual traían en cuarentena a los enfermos de la peste bubólica. También supuso un enclave de gran importancia militar, donde llegaron a asentarse guarniciones. Así, el castillo de la Mota (Monte Urgull) llegó a convertir la isla en fuerte en 1719.

El Faro de la Isla de Santa Clara

La construcción del faro en la Isla de Santa Clara supuso que muchos barcos que no conocían la zona, dejaran de confundir la boca del puerto con la de La Zurriola, al tomar por error el Castillo de La Santa Cruz de la Mota de Urgull por la isla de Santa Clara. El nuevo faro, comenzó a funcionar en Septiembre de 1864 y permitió salvar esta dificultad que había provocado incluso naufragios. Nueve años antes ya funcionaba el faro de Igueldo, y antes que éste último el Torreón de Igueldo (único faro de Donostia hasta mediados del siglo XIX).

El último farero

Se llamaba José Manuel Andoaín y vivía en el mismo faro. El hombre, dicen, era muy popular y culto, pero su madre Dioña María, era una mujer huraña que apenas le dejaba moverse de Santa Clara, ni relacionarse con nadie.

No tuvo mujer ni hijos y dejó a la única novia que tuvo por las presiones maternas.

Era tirador olímpico y participó en Juegos como jugador y como entrenador. Vivió en el faro durante 22 años, hasta 1968 en el que se automatizó el fu ncionamiento y se suicidó en 1974, seis meses después de la muerte de su madre.

Volvió al faro para quitarse la vida, tenía 60 años y dicen que no pudo aguantar la soledad a pesar de que en esos momentos vivía en Igueldo y no en la Isla.

El fué el último de los doce torreros que tuvo el Faro y que ahora se maneja desde Igueldo.

Proyectos desechados en la Isla de Santa Clara

  • En 1870 se propuso instalar en la isla pabellones de lona, kioskos para conciertos y bailes, etc..
  • Existió otro proyecto de unir Igueldo y Urgull a través de un cable aéreo de 50 metros de altura para el transporte de pasajeros con vistas a la bahía bajo sus pies.
  • En 1913 el arquitecto vasco Teodoro de Anasagasti https://es.wikipedia.org/wiki/Teodoro_de_Anasagasti recibió el encargo de realzar un monumento en honor a la Reina Maria Cristina en la misma Isla Santa Clara.
  • Durante los años 1916-1917, se trató de unir la ciudad de Donostia con la Isla por un muro de cierre de 2,3 metros para que los viandantes pudieran llegar paseando. No se hizo por falta de financiación.
  • Para finalizar este capítulo de proyectos inacabados, os hablo la de instalar una alta cascada artificial en la isla de unos 70 metros de altura que lanzara un chorro de agua a las 12:00 del mediodía (concurso de ideas del CAT 1969)

HONDALEA, abre su abismo de bronce : Cristina Iglesias

El proyecto para la instalación de una escultura de Cristina Iglesias en el interior del faro de la isla de Santa Clara continúa adelante. Con un presupuesto de la obra civil de acondicionamiento de 273.000 euros, el proyecto básico contempla el vaciado del edificio, la creación de una vasija de hormigón de hasta cuatro metros de profundidad en la que reposará la escultura y la sustitución del tejado del edificio por una cubierta de vidrio.

El acceso al interior del faro se realizará en grupos de no más de una decena de personas a la vez, de acuerdo con las estimaciones contempladas en el documento.

Hondalea, significa abismo en el mar, profundidad abisal y fondo de mar.

Un motor crea una secuenc ia de movimientos del agua – que es dulce – similares a las mareas e incluso al mar enfurecido, que a su vez , al chocar contra la estructura de bronce produce el reconocible sonido de las olas cuando baten contra la costa rocosa donostiarra.

CRISTINA IGLESIAS
Cristina Iglesias y el Faro viejo

Curiosidades:

FARO ISLA SANTA CLARA
CRISTINA IGLESIAS y su vaso de hormigón

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Hasta pronto

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